sábado, 24 de marzo de 2007

3. - El silencio como actividad.

Cuando guardo silencio, cuando habito en el silencio de mi corazón, estoy activo. Despierto, atento. Habla, Señor, que te escuchamos.
Háblanos del amor, muéstranos tu ternura, pasea por nuestros corazones que se transforman para Ti en un crepúsculo con fragancia a jazmines. Atardecer de victoria.
La actividad es futuro. El silencio es actividad.
Háblame, Señor, que estoy aquí incompleto, presintiendo Tu presencia entre tanta oscuridad.
Todo fluye.
Cuando ya todo se aquiete Te esperamos; cuando al final, nos hundamos en el silencio de nuestros corazones.
En el secreto tan sutil de nuestros corazones que Te dicen: Allí te espero, mi amor, mi Señor, allí donde soy todo actividad, todo futuro.
Fluyes desde ti hacia El, desde El hacia tu corazón.
El silencio es actividad. La actividad es futuro. El futuro es poesía. La poesía es el Señor.
La poesía que nace del silencio es lo que necesitas para el viaje.
La poesía se dirige a Su gloria.
Es todo lo que necesitas.
Necesitas amarLo en el silencio de tu corazón, desde la poesía que nace de tu corazón silenciado.
Hasta que no haya yo, ni poesía, hasta que sea todo un Tú.