sábado, 24 de marzo de 2007

7. La técnica del Nombre.

Cambiar un modo específico de tener, por un modo específico de Ser, ésta es la técnica del Nombre.
Meditar, orar al Señor que vive en ti, guardar el silencio en el corazón para que puedas percibir la unidad entre tanta diversidad, al Uno en los muchos. Cantar Bhur Bhuva Svahah.
Esta es la técnica del Nombre.
Sentir que Ella es la lluvia y el sol; el oasis y también la aridez del desierto, ésta es la técnica del Nombre.
Que intuyas la presencia en la base de tu alegría, sentir que en el desencuentro y el dolor El es siempre el mismo, el siempre presente dentro de tu corazón, ésta es la técnica del Nombre.
No preguntarte por qué suceden acontecimientos que desagradan y sentir para qué el destino te conduce por esos sucesos.
VerLa en los instantes, en todos los acontecimientos.
Tú eres Ella.
Ella se transforma en sonido: Om Shrim Hrim Klim.
Tú eres Tú en el recuerdo de Su Nombre: Om Shrim Hrim Klim.
La mente es delirante.
Dile: necesito Tu ayuda, Madre, pues lo estoy intentando.
Dile: déjame elegir un nombre, aquel que evoque en mi alma memorias de eternidad, de Ti.
Déjame repetir constantemente el Nombre, hasta que sea tan necesario como el aire que respiro.
Ayúdame, Señor que vives en mí, pues lo estoy intentando.
Que cada palabra, gesto, que cada paso, actividad y sonrisa sea el eco de Tu Nombre, Divina madre - padre Sai.
Necesito que me ayudes a controlar mi mente.
Meditación.
Silencio.
Oración.
Porque repetir Tu Nombre es orar; y orar es vivir en Tu Nombre.
Cuando repito Tu Nombre mi corazón se ensancha.
La repetición se transforma en canto.
Tu Nombre es un canto.
Una suave melodía que me transforma en todo luz.
Cuando canto Tu Nombre soy testigo de Tu amor.
Y entonces nacerá de ti una pregunta, porque necesitarás saber los nombres del Señor.
Y tu corazón te responderá: Tú eres los Vedas y los Puranas, Rama, Krishna, Bhuda y Allah, Jesús y Jehovah, Zoroastro, Gurú Nanak y ahora vienes en la forma de Shri Gayatri Namah.
Y tu corazón arrobado de amor dirá: Oh, Divina Madre Gayatri que estás aquí para recordarme que en lo esencial soy hermoso como Tú.
Tú, el de la hermosa figura, la madre y el padre, el amigo, la Divina Madre que nos ayuda a cruzar este océano material para reposar finalmente en Tu regazo amoroso.
Divina Madre Gayatri, que repartes amor y bienaventuranza; Señor del Universo, forma divina que me das amor como señal de Tu amor.
Gayatri, en la forma que te invoco vienes a mí, multiplícate en infinitos nombres y formas hasta que la totalidad de la humanidad te alabe según la cultura, la historia y las necesidades.
Aleja de mí la tentación de no verTe en los otros nombres, las otras formas.
Permite que ingrese a los templos donde se Te adora en las distintas formas y te encuentre allí y te ame desde mi nombre y te alabe desde mi forma. Que te vea en esas formas, radiante, lleno de esplendor, de Luz y de paz.
Quita de mí la ceguera y la contradicción. Shanti Shanti Shanti.

6. - El Nombre como Supremo Señor.

Tú eres el amor, el Supremo amor. No podemos resistir esta desértica soledad sin Tu amor.
Tú, Señor, eres el Supremo Amor.
Dile: soy alguien que se pierde, se desdibuja; apenas una ilusión de soberbia imposible, pero Tú eres el amor que me rescata, que aliviana esta dura carga de ser simplemente un ser humano.
Dile: Tú eres el Nombre y cuando lo pronuncio me levanto con poder y victoria.
Dile: la victoria es Tu sonrisa de amanecer marino, Tus ojos que dibujan primaveras.
Dile: el viento de mi vida turbulenta se aquieta en Tu Nombre que es el Supremo Amor.
Dile: soy como una barca, una ola enfurecida, apenas una nostalgia, necesito de Tu Nombre que es Supremo Amor.
Dile: Tu Nombre como amor supremo, es como decir Tu Nombre como pájaro con alas de eternidad, como lluvia fresca en las tardes húmedas de un febrero fantástico en Varadero, como la sonrisa de los niños jugando en la alameda, como el infinito espacio que me ensancha el alma y me lleva a Tus pies de loto.
Dile: Oh, Madre Divina, Tu Nombre como Supremo amor es vastedad de un silencio presentido por mi sangre.
Inaugurado desde mi sangre.
Vivido desde mi sangre.
Dile: imagino Tu Nombre amplio como el mar y yo una ola que gime por alcanzarte, por fundirse en Tu realidad plena, oh, realidad plena, pleno y supremo amor.
Dile: Tu Nombre es mi victoria y mi poder, dulce Madre Gayatri, por ello es que voy constantemente repitiendo Shrim Hrim Klim, Shrim Hrim Klim, porque cuando lo pronuncio quiero decir que sólo importas Tú, el Supremo Amor.
Dile: soy un delirio que no comprendo, déjame invocar Tu Nombre hasta ser en Tu Supremo Amor.
Porque Tú eres mi bandera y mi insignia.
Dile: ¿cómo acallar mi sangre que se agolpa en un arrebato de asombro cuando pronuncio Tu Nombre?
Dile: Te busco, Madre, Te busco en el Nombre.
¡Respóndeme que te estoy buscando!
Tu Nombre como amor supremo es la realidad primera.
Dile: te propongo, oh lejana y Divina Madre que vives en mí, que Tu Nombre sea una melodía de silencio y luz.
Déjame enamorarme de Ti, de Tu Nombre.
Dile: déjame pronunciar Tu Nombre y sentir que eres el alba y el crepúsculo, el sol, la luna y las estrellas, el rocío en los pétalos de los jazmines, la lluvia y mi sonrisa.
Dile: Tu Nombre como amor supremo es una primicia para mi corazón que para ti se transforma en mariposa, en miel.
Dile: Tu Nombre como amor supremo me funde al final, me enamora, me levanta y me recupera y mis ojos brillan con Tu luz que es mi luz.
Dile: me muero por Ti, Dios.
Dile: déjame pronunciar Tu Nombre porque me estoy muriendo por Ti. Déjame enamorarme de Ti, de Tu Nombre como amor supremo.
Tengo sed de ese amor supremo; ven, Divina Madre, ven pronto pues mi mente nos separa, me aleja de Ti.
Me muero por Ti, Mi Señora.
Ven que quiero alumbrar vagos crepúsculos y florecer jazmineros en la alcoba de los vientos.

5. El Nombre como alabanza.

Te alabamos cuando descubrimos que somos amor; en la emoción del crepúsculo o en la lluvia vertical que cae sobre las calles desiertas, en las noches desiertas.
Te alabamos en la anunciada paz.
Alábalo aún cuando te preguntes por qué y tampoco entiendas el para qué.
Sí, alábalo aún en medio de las traiciones, claudicaciones y vergüenzas.
Alábalo porque es tu meta, la única posible, la definitiva.
Sí, sí, alábalo con emociones y con palabras y dile: tengo palabras pero quiero que sepas que son para Ti, te pertenecen.
Dile: a veces me ahoga la impotencia de mi llanto incomprensible, otras soy la quietud que busca estar en Tu presencia. Te alabo.
Dile: soy una tensión entre la quietud y la incomprensión.
Siempre aquí tratando de comprenderme.
De ser real.
Luz real.
Locamente real.
Un sueño de amor.
Dile: quiero que sepas que Te estoy amando aún en el olvido, porque Tu Nombre es alabanza.
Dile: fluye hacia mi mente.
Desde Tu corazón a mi mente, hasta que sea purísima alabanza.

4. Sus ojos en mis ojos.

Algo que decirTe y que esté antes que las palabras.
Vamos buscando en lo profundo de la ausencia que sentimos de Tí, un amanecer con perfumes de jazmines, de pájaros que nacen en el silencio de la playa.
Susurros que nos llevan al borde de nuestros corazones para encontrarnos con Tus ojos.
Descubres tus ojos en Sus ojos.
Y Sus ojos que te miran.
Y tú la miras a los ojos porque Ella te mira a los ojos. Tus ojos en Sus ojos, Sus ojos en tus ojos.
En algún lugar del mundo cae la nieve y en algún otro el sol baña un atardecer con sed de victorias. Aquí y allá los pájaros dibujan formas que nos recuerdan Tu Nombre.
Y las palabras juegan en nuestras mentes.
¡Oh, Divina Madre Gayatri, que las palabras se impregnen de Tu Nombre!
Regresaremos a nuestras moradas luego de encontrarnos con todas las derrotas, luego de hablarnos todas las palabras, regresaremos, al fin, para encontrarnos con Tus ojos.
Descubrir nuestros ojos en Tus ojos.
Que cuando Te miremos, contemplemos a todos los seres y en el silencio de nuestras almas, nos encontremos con nuestros ojos.
Entonces seremos contemplación.
Porque nos duelen estos días sin Ti y no porque no estés sino porque no podemos verTe entre tanta confusión.
Regálanos una sonrisa.
Vístenos de rocío.
Inunda nuestros corazones con claridad de luna.
Míranos con Tus ojos y enamóranos de tal modo que ya no seamos más que susurro de espuma marina, de gaviota al final del vuelo.
Deja que descansemos nuestros ojos en Tus ojos y que mañana al despertar nos reconozcamos en la victoria de Tu Nombre.

3. - El Nombre y la forma

Miles de formas distintas que expresan un único amor, no importa todo lo demás, especialmente la diferencia que siempre está en la mente.
Miles de formas distintas para decir que la única realidad es que el Amor es Tu Forma.
El Amor es Tu Forma.
Y quien niegue los nombres y las formas de "los otros" te niega a Ti, pues Tu forma es el amor.
Tú eres Tú, pero juegas en el nombre de Krishna, en Brindavana, a las orillas del río Jamuna con Radharani. Tocas la flauta y encantas el corazón y la mente. Allí van las Gopis y los vaqueros en las noches de luna espléndida a bailar contigo, a jugar contigo, a ser formas de amor en Tu forma que es amor.
Tú eres Tú y vienes como Sri Rama, el dulce Señor de la mirada como luna llena, como sol que amanece
junto al mar. Sri Rama, el Señor de los ojos de loto, de pies de loto, de manos de loto.
Una mirada tuya nos robaría para siempre el corazón.
Tú eres Tú y la montaña Sinay se incendia con Tu presencia y tiemblan los cielos y se estremecen las piedras. Te revelas como el Señor de Israel, Adonay. Transformas los corazones y pides una vida santa porque "Santo Soy Yo, vuestro Dios".
Tú eres Tú y desciendes en la forma de Jesús y nos hablas de amor y nos dices que descansemos en Ti de todas nuestras cargas porque la Tuya es suave y ligera.
Oh, Jesús, haznos niños para que podamos correr a Tus brazos protectores, danos un corazón con la pureza de los niños porque necesitamos la eterna ternura de Tus ojos mansos y limpios.
Tú eres Tú y le entregas un mensaje al Profeta Muhammad y le dices: Mi nombre es Allah y la misericordia, la compasión, el derecho y el amor serán las banderas de todos los Musulmanes hasta que el Nombre del Señor reine.
Y en nuestros días, nuevamente asumes un nombre y una forma para decirnos que eres la Madre Divina y el Padre Eterno y Tu Nombre Gayatri.
Oh, dulce Madre Gayatri, llévanos a Tus pies de loto, déjanos contemplar Tu forma divina, déjanos ser amor en el amor que es Tu forma.
Danos la gracia de repetir constantemente Tu Nombre y que nuestras mentes y corazones se llenen de Tu gloria.
Llévanos junto a Tus pies de loto, dulce Madre Gayatri.

2. - Todos los nombres en Su Nombre.

El Señor tiene tantos nombres como arenas se acumulan en las playas, como estrellas brillantes en los cielos infinitos. Si no aprehendemos esta verdad, Su verdad, traicionamos el Nombre con el que designamos la magnificencia que Es.
En Su Nombre encuentras todos los nombres.
Ella es la base de todos los nombres.
Necesitas del Nombre para aprehender todos los nombres.
Todos Sus Nombres.
Cuando repites constantemente Su Nombre, todo es claridad.
Es que comprendes, intuyes la verdad.
Ella está en el Nombre.
No hay diferencia, Tú, Señor, eres el Nombre.
La multiplicidad está en nuestras mentes.
Tú eres el Uno que se viste según nuestras necesidades.
Tú eres Uno y nos respondes cuando clamamos.
Para instalarte en nuestros corazones, para que sepamos que habitas en el corazón, asumes todos los nombres, todas las formas.
Tú eres Uno.
Somos en el Nombre todos los nombres.
¿Por qué te negamos en el nombre de los otros?
Que podamos verTe -vernos- en todos Tus nombres.
Tú que eres Uno y Unico vestido de multiplicidad, danos luz para que podamos vivirlo.
SentirTe.

1. - Introducción al Nombre.

III
Habituados a las palabras, necesitamos del silencio. El silencio es fragancia con recuerdos de eternidad. En el silencio, el Ser se expresa en plenitud. Desde y en el silencio somos bienaventurados. Cuando tu corazón se impregna de silencio, surge el Nombre. Mientras estés aquí debes aspirar a la repetición constante de Su Nombre.
Repito el Nombre porque tengo nostalgias de Dios.
Ya no debemos escapar.
Señor, tenemos nostalgias de Ti. Déjanos habitar a la sombra de Tu Nombre. Por favor, déjanos refugiarnos en Tu Nombre.

Desde que desperté
estoy recordando Tu Nombre
es que cuando siento Tu mirada
inauguro primaveras.
Vísteme de crepúsculo y rocío
déjame desnudo de palabras
acércame a Tu corazón
de eternidad y tiempo.
Juegas como el viento juega
con las hojas del otoño;
juegas con mi juego
y la excusa es Tu Nombre,
Tus ojos,
Tu piel, fogata de febrero,
hoguera, incendio
que consume mi muerte.
¿Cómo ser infinitos nacimientos
desde Tu Nombre que cautiva
mis miserias
y las transformas en espuma marina,
en gaviota, en tardes sedientas de sol,
de lluvia, de amor,
es decir de Ti,
Madre amada?
Me deslizo embriagado
de silencio, de ausencia,
de no tener más que sueños.
Me deslizo, digo,
por las horas de esta tarde gris
fría hasta el cansancio.
Necesito de Tu Nombre,
porque eres el definitivo amor.
El Nombre es el camino que al final
me funde en Tu ternura.